domingo, 18 de septiembre de 2016

Living in the Netherlands - La semana de introducción

Cuando uno se prepara para comenzar un nuevo periodo en un lugar prácticamente desconocido, nunca están de más los consejos que los demás puedan darte. Las tiendas que puedes visitar según lo que necesites, el tipo de cambio, los cajeros automáticos... y en mi caso, en dónde puedes comprar pintura y un piso. ¿Recuerdan la foto en donde les comenté cómo me recibió mi habitación ese primer día? Pues bien, eso ya es cosa del pasado, pero me costó lo suyo arreglarlo.

Cuando fui aceptada en las dos universidades a las que apliqué, ambas me preguntaron si asistiría a la semana de inducción que ofrecen antes de comenzar clases. En sus respectivas páginas de internet leí que esto era altamente recomendable, y la gente a la que le pregunté me dijo lo mismo. Así que programé mi vuelo con tres días de anticipación a la fecha en la que sería dicha inducción tanto para aclimatarme al nuevo horario y descansar, como para conocer la ciudad en la que pienso pasar los siguientes dos años de mi vida.

Voy a ser directa. No me arrepiento de haber tomado esa semana de introducción, por muchas fiestas que haya habido en el calendario. Ahí conocí a mis primeros amigos, a los que hoy por hoy puedo contar mis problemas y pedir su opinión. Incluso celebraron mi cumpleaños hace unos días sin que yo hubiera planeado algo, y es agradable saber que aunque estás en otro país hay personas en las que puedes apoyarte para seguir adelante.

También está el conocimiento de los grupos estudiantiles que la universidad puede ofrecerte, recorrer la ciudad tanto de día como de noche, la forma en que los estudios se llevan aquí y los programas y materias que puedes elegir. Lo más importante es que mientras realizas las actividades programadas, conoces más acerca de la gente que está a tu alrededor, de la ciudad en la que vives, y del país que te está recibiendo. Además, durante esa semana tienes comida gratis

Hubo quienes llegaron hasta el día en que se nos presentó el jefe del programa que elegimos estudiar, y que no se arrepienten de haberlo hecho. Sí, que se perdieron el inicio de la semana y gran parte de sus actividades, pero estuvieron presentes en ese pequeño evento. Los que no pudieron llegar en tiempo para asistir a esto se encontraron con algunos problemas de adaptación, e incluso no pudieron inscribir alguna de las materias que querían llevar.

En definitiva, si tienes la oportunidad de asistir a la semana de introducción que organiza tu universidad, no lo dudes. Así sea para que te acostumbres más rápido al cambio de horario (en mi caso, son siete horas más), para hacer nuevos amigos o simplemente para darte una idea de qué puedes esperar en un futuro. Además, ¡conoces a gente de todo el mundo! Desde China hasta Bolivia, Suecia, España, Francia, Alemania, Indonesia, Camerún y, por supuesto, Países Bajos (sería raro si no lo hubiera hecho). Y eso es solo entre mi grupo de inducción, porque de otros he conocido a más mexicanos, etíopes, polacos y austriacos.

PD: sirve que también tienes tiempo de conseguir una buena bicicleta y aprendes a andar en ella.


1 comentario:

  1. Muy buen consejo, bonita, lo tendré en cuenta si alguna vez hago algo así. Me alegra mucho que estés pasando bien y haciendo amigos <3

    Un besote!

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