sábado, 6 de mayo de 2017

Living in the Netherlands - El Día del Rey y el Día de la Liberación

A diferencia de los mexicanos, que tenemos días libres para todo y todos, en los Países Bajos los asuetos son raros. Sí, a inicios de año algunas tiendas cierran por una semana para darles a sus trabajadores vacaciones, y por regla general todo permanece cerrado los domingos excepto algunos supermercados que salvan estudiantes despistados de morir de hambre, pero de eso a tener días libres... hay una gran diferencia. Pero lo que sí puedo decir es que cuando los neerlandeses tienen un día festivo, se lo toman en serio. Muy en serio. 

En las últimas dos semanas tuvieron lugar dos días festivos con un significado importante dentro de la cultura de este país. El primero de ellos fue el día del Rey, que tuvo lugar el 27 de abril; y el día de la Liberación, celebrado el 5 de mayo. Vayamos por partes:


Koningsdag
(King's Day)

Solo tengo dos palabras para describir este evento: desmadre nacional. Sí, leíste bien. Desmadre. Nacional.

El 27 de abril se celebra el cumpleaños del actual monarca del Reino de los Países Bajos, Willem-Alexander. Se supone que este día es para honrar la monarquía y unir al país, aunque también es motivo para que se arme una borrachera masiva en las calles de las principales ciudades. Ámsterdam es un destino popular en esta fecha, y los boletos para ser partícipe de ella en un bote o en algún pub se comienzan a vender con una anticipación de seis meses. Y, cómo no, en este día no es posible hacer uso de los tickets grupales que hacen que los viajes en tren salgan más baratos si vas con un grupo de gente. Vaya, que hay gente que viene desde los países vecinos para ser partícipes de esta fiesta. El Rey no se puede quejar que su cumpleaños cae en saco roto.

Ámsterdam es el lugar favorito de
 muchos para celebrar este día.

Si lo tuyo no es caminar por el Distrito Rojo, ni atravesar el país en un tren o autobús sardina, también puedes aprovechar los eventos que hay en otras ciudades. Este año hubo un gran festival musical en Arnhem, y unas amigas aprovecharon para pasearse por las calles de Utrecht. Como en el carnaval, no importan ni tu edad ni tu condición; lo único que necesitas son ganas de divertirte y de pasarlo bien. Aunque ya dependerá de ti el modo en que lo hagas.

Durante el Día del Rey varios hogares sacan a relucir su lado nacionalista y cuelgan banderas desde sus ventanas. Las fachadas se adornan de naranja, que es el color nacional, y casi todos visten algo de este llamativo color. En los centros urbanos se ponen mercados ambulantes en donde puedes encontrar de todo a precios ridículamente bajos. Un conocido atinó a decir, muy acertadamente, que en este día la gente aprovecha para mover las cosas de un ático a otro. Y es que hay tantas cosas curiosas que es casi irresistible no cargar con un montón de objetos que nunca vas a utilizar.

...Sin comentarios.
Y mientras tanto, ¿qué hace el Rey? En este día tan especial el monarca visita alguna ciudad en donde él y su familia se mezclan con la multitud y viven las fiestas. Este año el lugar elegido fue Tilburg, en el sur.

Una nota especial es que la noche anterior al Día del Rey comienzan algunos festejos, como performances y música en vivo, y gente consumiendo alcohol como si no hubiera mañana. Se trata de la Noche del Rey, o Koningsnach. Desafortunadamente no pude participar de este evento, pues tenía un proyecto por terminar -.-





Bevrijdingsdag
(Liberation Day)



Si el Koningsdag fue desmadre nacional, este lo fue más bien a nivel local. ¡Nunca había visto a Wageningen con tantas personas! Los autobuses que venían de Arnhem y de la estación Ede-Wageningen tuvieron que cerrar sus puertas a las últimas paradas porque ya no cabía ningún alma más en su interior. El cuadrante principal del centro de esta pequeña ciudad fue cerrado a los automóviles, y se montaron diez escenarios diferentes en los cuales hubo música durante buena parte del día.

Cuando llegué a los Países Bajos, se me hizo curioso que se compartiera un día feriado con México. Mientras que nosotros celebramos la victoria de la Batalla de Puebla  y no el día de la Independencia, como algunos creen, aquí se celebra el final de la ocupación Nazi al final de la Segunda Guerra Mundial. Como un buen hombre nos explicó durante el desfile, se celebra la Libertad. Curiosamente, esta fecha se convierte en un asueto nacional cada cinco años, mientras que en Wageningen se lleva a cabo anualmente. ¿Por qué? ¡Pues porque fue en esta pequeña ciudad internacional en donde se firmó la liberación de los Países Bajos!

Pero la libertad también es agridulce, y es por eso que la víspera al Día de la Liberación es el Memorial, en donde se recuerda a aquellos que murieron durante la Gran Guerra, y todas las guerras en general. Todos los años, a las 8:00 pm, la gente deja de hacer lo que estaba haciendo y guarda dos minutos de silencio. Los trenes y los autobuses se detienen durante dos minutos, y podríamos decir que el país se paraliza. En Wageningen, inmediatamente después, se llevó a cabo la marcha del silencio, y se colocaron velas a lo largo del dique en recuerdo de esas personas.

Ya que no pude participar activamente durante el King's Day, me tomé un día libre de la escuela y fui al centro a celebrar con algunos compañeros y amigos. También fue interesante el descubrir que éramos bastantes los mexicanos que rondamos por allí, y vaya que me divertí bailando con ellos los éxitos del pop más recientes. Una amiga incluso llevó su bandera de México, y hubo quienes reconocieron que ella celebraba también la Batalla de Puebla. Y también llevaba una piña vacía que usó de vaso. Si se preguntan, ¿por qué una piña? La respuesta es, ¿por qué no?

Hubo mucha cerveza y también mucha comida, aunque esta última era ridículamente cara. Uno de mis amigos se quejó porque le habían vendido una bolsa pequeña de churros en siete euros, mientras que otro pagó cinco por una hamburguesa que consistía únicamente del pan y la carne. Y eso que somos una ciudad universitaria :(

No sé si el próximo año estaré en Wageningen para celebrar una vez más el Liberation Day, pero al menos puedo decir que recordaré el día de ayer por los próximos años como una bonita experiencia. Y también me quedó con el hecho tangible de que la paz, además de frágil, es difícil de recuperar una vez perdida. Está en nosotros el mantenerla y cuidarla, y no nos haría ningún mal el recordar que muchos hombres y mujeres, independientemente de su nación, han dado su vida para obtenerla. 

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